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Historia del Perú

La historia humana tiene una fuerte conexión con Perú y las culturas dentro de sus fronteras. Su historia retrocede más años que muchos otros lugares en el mundo, con algunas de las primeras sociedades de las Américas desarrollándose en la parte norte del país hace más de 5000 años. No solo la longitud del país, si no la variedad de civilizaciones es una parte particularmente intrigante de su pasado. Hoy podemos ver el estilo de vida amazónico yuxtapuesto con el entorno urbano y contemporáneo de Lima, y las totoras de las islas de los Uros y el lago Titicaca que contrastan con la arquitectura sillar de Arequipa, la Ciudad Blanca. Perú y su geografía han jugado un papel vital en la humanidad, en particular la del Hemisferio Occidental.

 

La formación de la Cordillera de los Andes, ha ayudado a nutrir un ciclo interminable y prolífico de flora y fauna, lo que significa que las primeras comunidades y culturas se desarrollarían de distintas maneras. Desde la ciudad de Machu Picchu hasta el Candelabro de Paracas, el pasado, presente y futuro de la sociedad peruana continúa haciendo de este paraíso sudamericano uno de los recorridos históricos más alucinantes del continente.

 

Veamos la historia de Perú y cómo se ha convertido en un país tan impactante.

 

CULTURAS PRECOLOMBINAS

Hace aproximadamente 15,000 a 30,000 años, poblaciones antiguas cruzaron el puente que una vez existió en el Estrecho de Bering y se dirigieron hacia el sur desde Alaska hasta América Central y del Sur. Los inmigrantes se extendieron por las Américas, la mayoría siendo comunidades de cazadores-recolectores. Por razones geográficas, los Andes fueron uno de los pocos lugares que fomentaron el desarrollo de civilizaciones sedentarias.

 

Caral

La primera civilización fue Caral a lo largo de la costa, aproximadamente a 25 kilómetros del Océano Pacífico y dentro de los 200 kilómetros (al norte) de Lima. Con una antigüedad pasando los 3200 a. C., la sociedad prosperó durante casi 1200 años (3000 a. C. – 1800 a. C.). Son conocidos por el uso de textiles y la producción de algodón, que también usaban para fabricar redes para pescar. Como comunidad litoral, dependían del Océano Pacífico para alimentarse e incluso lo navegaban para ampliar su cultura. El crecimiento de ríos regionales también apoyó su crecimiento.

 

Con una población aproximada de 3,000 personas, la influencia de Caral en todo el Valle de Supe pudo haber sido mayor. Los instrumentos hechos con hueso animal y las joyas de piedra son algunos de los artefactos descubiertos en el centro principal de la civilización, y la falta de armamento ha llevado a muchos a concluir que la sociedad era pacífica. Se cree que el comercio con las comunidades costeras inspiró parte de su arte y artesanía. El quipu, un dispositivo de mantenimiento de registros hecho de cuerdas, supuestamente fue desarrollado y utilizado por los Caral.

 

Chavín

La civilización Chavín se extendió a lo largo de la costa desde el norte de Perú hasta Nazca. Establecidos en lo alto de los Andes, los Chavín creían mucho en la religión y en los rituales, con muchas cerámicas y obras de arte encontradas cerca de los sitios sagrados. También mostraron importantes avances en arquitectura, incluida la irrigación agrícola y la utilización de canales y sistemas de drenaje en templos y edificios. El comercio con las comunidades cercanas ayudó con la introducción de materiales rocosos, como el granito y la piedra caliza, utilizados en la construcción de edificios de alto perfil.

 

Comunidades viviendo en lugares más bajos que los Chavin, adoptaron técnicas textiles por distintas necesidades. Las fibras de lana se convertirían en una fuerza motriz en muchas de las civilizaciones sucesivas, y la carne de animales como la alpaca también serviría como medio de comercio con otras sociedades andinas. Expertos en el trabajo de metal, eran capaces de soldar y fundir oro para joyería y arte. La cerámica y la alfarería también se elaboraron durante este período, lo que daría lugar a algunas prácticas importantes e innovadoras en culturas anteriores, como la notable cerámica sexual de los Moche. Desde el año 1000 a. C. hasta casi el 200 a. C., el pueblo Chavín compartió muchos aspectos de su cultura con el resto del Perú y se convirtió en una de las civilizaciones más célebres e imitadas del antiguo Perú. 

 

Quechua

Las comunidades que hablan quechua siguen desempeñando un papel destacado en Perú hoy en día, pero sus raíces se extienden más de 1.000 años. La gente desarrolló sociedades en los altiplanos andinos y el Altiplano, formando lenguas y culturas con matices regionales distintos. En el sur de Perú, integraron una impresionante producción textil en su jerarquía social. Taquile en el lago Titicaca y los Chincheros del Valle Sagrado son un par de ejemplos de pueblos florecientes que han mantenido estilos de vida y prácticas firmemente plantadas en la historia de su tierra y país, transmitidos de generación en generación.

 

El lenguaje, que es una amalgama de muchos lenguajes sin un vernáculo centralizado, tuvo tal impacto profundo en el Perú y América del Sur pre-coloniales que se convirtió en el lenguaje principal de comercio para los incas cuando asumieron el poder. La capacidad de resistencia del quechua sigue siendo fuerte, con más de 10 millones de hablantes hoy, la mitad de los cuales reside en Perú.

 

Aymara

Quizás ninguna civilización haya jugado un papel más importante en la sociedad preincaica que la Aymara, particularmente en los Andes y el Altiplano. Extendiéndose más allá de las fronteras, los Aymara tienen una fuerte conexión con la tierra, que incluye el lago Titicaca y las tierras que lo rodean. Después de Huari y Tiwanaku, pastorearon camélidos y produjeron cultivos básicos como papa y oca. El cultivo y proliferación de cañas que se encuentran en Titicaca ha ayudado a los uro-aymaras a continuar con su estilo de vida y prácticas culturales, que incluyen usos funcionales y artísticos con las totoras. Incluso pescan desde balsas de totora y botes.

 

Formados por muchos grupos diferentes, los aimaras se rebelaron constantemente contra las fuerzas externas, incluso contra los incas, que ascendieron al poder y usurparon el control de la tierra. Con la aculturación de sus propias sociedades y otras civilizaciones, cada subcultura Aymara ha desarrollado aspectos únicos de su estilo de vida, religión y valores.

 

Incas

El vasto Imperio Inca, que se extendía desde lo que ahora es Colombia en el norte hasta Chile y Argentina, es una de las civilizaciones más conocidas del mundo. Machu Picchu y su lugar como una de las Siete Maravillas del Mundo lo ha convertido en un destino turístico y de aventura para los amantes de la cultura, lo que suma a su encanto. Siguiendo las civilizaciones de Huari y Tiwanaku, los Incas se desarrollaron en Cusco en los siglos XIII y XIV y poco a poco se fueron extendieron por todos los Andes hasta la costa y más allá de Atacama en Chile. Alcanzando su apogeo en los siglos XV y XVI, construyeron y ampliaron carreteras, intercambiaron avances culturales (como el trabajo textil y la metalurgia) en todo el imperio y difundieron tesoros arquitectónicos que todavía se pueden apreciar hoy en día, como las ruinas de Machu Picchu.

 

Combinando muchas características de sus antepasados y centralizándolas, se puede atribuir al Inca la dispersión de cultura en Perú y Sudamerica a mayor escala. Los animales que aparecen en la cerámica y las artesanías son un guiño a los Chavín y su anterior compromiso ritual con la naturaleza y el mundo animal. La planta de coca, que había sido un elemento fijo en las culturas del Altiplano, era sagrada y encontró su camino en las prácticas religiosas y la medicina, la última de las cuales progresó a gran ritmo bajo el Inca. Hasta la conquista española, los Incas fueron modernizando los efectos culturales más eficientes del Perú.

 

COLONIZACIÓN ESPAÑOLA

A principios del siglo XVI, el Imperio Inca fue devastado por la viruela. La enfermedad fue responsable de la muerte de Huayna Capac, su gobernante, lo que envió a la civilización a una batalla por el control entre Atahualpa y Huáscar, ganada por Atahualpa. Cuando los españoles llegaron formalmente en 1532, Francisco Pizarro aprovechó la situación y, después de crear un asentamiento en el norte de Perú, se trasladó al sur y derrotó a Atahualpa. Los españoles establecieron un gobierno colonial en 1542, plantando a Lima como la ciudad más importante para los colonizadores en América del Sur.

 

La conquista inició una larga mezcla de cultura europea e indígena, a menudo a costo de los peruanos. Los españoles intentaron por la fuerza convertir al pueblo de Perú al cristianismo y fueron responsables de disminuir la población a través de atrocidades a casi medio millón de personas, frente a casi nueve millones. El trabajo forzado y la esclavitud eran prácticas comunes, con jerarquías étnicas establecidas para determinar el estatus social y la movilidad.

 

A través del intercambio y dispersión de las civilizaciones nativas, Perú cultivó una fuerte identidad local, visible en su arte, literatura, música e historia hasta el día de hoy. El idioma unificó aún más a la gente en el norte de Perú y más allá de las fronteras del país, en el resto de América del Sur. Los españoles compartieron aún más este carácter con el resto de su imperio y aumentaron su prominencia en todo el mundo.

 

En el transcurso de casi 300 años, los españoles gobernaron el Perú moderno, convirtiendo a Lima en una capital rica y cultural del Imperio en el continente. La Universidad Nacional Mayor de San Marcos, establecida en 1551, es la primera universidad creada en las Américas, así como la institución de educación superior en funcionamiento continuo más antigua. Hacia el final de su gobierno, los españoles enfrentaron continuos levantamientos de los peruanos que querían la independencia.

 

INDEPENDENCIA (1821 – 1884)

Después de más de una década de lucha por la independencia y dirigida por José de San Martín y Simón Bolívar, Perú fue parcialmente liberado en 1821. Los dos hombres habían trabajado incansablemente para liberar muchas de las colonias de América del Sur, incluidas Venezuela, Chile y Argentina. En julio de 1822, en la Conferencia de Guayaquil, discutieron el futuro del país, libre de España, y finalmente decidieron seguir la decisión de Bolívar de volverse una república. La República del Perú fue creada formalmente en 1824 con la introducción de su Declaración de Independencia.

 

Durante los primeros períodos de su independencia, Perú, que tenía muchas identidades bajo el dominio español, buscaba cómo manifestar sus diversas culturas dentro de una nación. Por ejemplo, el Alto Perú más tarde se convertiría en parte de Bolivia, mientras que otras partes del país serían cedidas a Brasil, Ecuador y Chile. Las batallas por Perú-Bolivia continuaron durante más de diez años hasta que se llegó a un acuerdo, con muchas iteraciones de lo que cada lado creía que eran límites justos para los estados libres. A medida que la joven República envejecía, quedó claro que las distintas diferencias regionales de Arequipa, Lima, Iquitos, el lago Titicaca y Sullana, por nombrar algunas, se sumarían al tejido vibrante del carácter único del Perú.

 

A mediados del siglo XIX, Perú enfrentó tanto la prosperidad como la guerra. A partir de reformas educativas positivas y beneficios económicos como fertilizantes que ayudaron a su desarrollo, todo era positivo. Perú pagó muchas de sus deudas y reforzó su percepción en la comunidad internacional. Sin embargo, las disputas territoriales y la Guerra del Pacífico llegarían a un punto crítico y, en 1884, el país entró en un período de reestructuración.

 

PERIODO MODERNO (1884 – ACTUALIDAD)

Después de la guerra, el liderazgo militar buscó determinar el rumbo del Perú, y luego de breves roles de Miguel Iglesias, quien se estableció como líder del gobierno constitucional, y Andrés Avelino Cáceras, un héroe de guerra, el ex presidente Nicolás de Pierola, fue elegido. Rico en caucho amazónico y petróleo, Perú se centró en exportar sus recursos naturales y basó su economía en el apoyo a su amplio espectro de clases sociales. Quizás más que otros países de la región y del mundo, Perú estuvo a la vanguardia de reformas positivas en el movimiento laboral. Vio la implementación de la jornada laboral de ocho horas después de las huelgas y demandas a la clase dominante. Muchos de sus habitantes también participarían en disputas territoriales y batallas para buscar la autodeterminación adecuada de los ciudadanos peruanos.

 

La clase obrera buscó una mayor representación en el gobierno a principios del siglo XX. A través de las fronteras cambiantes en todos los puntos de su frontera, Perú pudo promover las artes y las humanidades que abarcaron su ilustre historia. Fue en la década de 1920 que la colección de cerámica Moche inició su categorización, gracias al trabajo incansable de Rafael Larco Hoyle. Los museos y las colecciones comenzaron a surgir en todo el país, y muchos artefactos culturales se convirtieron en motivo de orgullo. Incluso durante tiempos de inestabilidad política, la educación y las ideas en competencia ayudaron a elevar al Perú a la era moderna. En Arequipa, la hermosa arquitectura del sillar se convirtió en la estética perfecta para reutilizar edificios, incluida la Universidad Católica de Santa María. El museo de arte de Lima (MALI) también fue creado en 1961.

 

Hoy, Perú es la capital cultural de América del Sur, con una mezcla ecléctica de obras maestras geográficas. A lo largo de su historia, las fronteras naturales han servido como sus características más destacadas e importantes. Una costa resplandeciente, laderas andinas que descienden hacia la selva tropical, ciudades construidas con piedra volcánica como centros comerciales, y mucho más mantienen la cultura y la identidad de su gente prosperando. Pocos países han tenido la oportunidad de mantener su historia mientras caminan hacia el futuro como lo ha hecho Perú, y ninguno lo ha logrado de una manera tan obvia.

 

UNA MIRADA CONTEMPORÁNEA A LA HISTORIA

Los visitantes de Lima pueden ver los artefactos de cada época histórica en exhibición en todo el país. Hay varios museos principales, pero también hay museos más pequeños dedicados a cada cultura distinta. El Larco es la mejor manera de ver la historia antigua, particularmente las piezas Moche. Hay más de 45.000 obras, y gran parte está disponible en línea para accesibilidad universal. Este museo muestra la variedad de culturas que jugaron un papel en la creación de Perú, con Paracas, Chimú y otras sociedades más pequeñas.

 

El MALI es un gran lugar para ver el arte de la historia del Perú. Se exhiben artistas peruanos icónicos como Teófilo Castillo y Francisco Fierro, y el museo nunca pierde de vista su compromiso con el futuro. A menudo trabaja con artistas nuevos y emergentes para representar el diálogo en curso con el mundo actual, a menudo incorporando programas interactivos.

 

Para un viaje atractivo, geoglifos, ruinas y excursiones culturales están disponibles en casi todas las partes del país. Tacna tiene un puñado de museos que dan una idea de la guerra con Chile mientras examinan documentos históricos. Caminar a Machu Picchu y ver las ruinas incas es popular, pero también puede viajar a la Fortaleza de Sacsayhuaman y ver la increíble mampostería que comprende su estructura. Incluso fue una parte vital de las historias de guerra de Perú. Los cruceros pasan días atravesando los afluentes del río Amazonas en el noreste y brindan un extenso contexto histórico mientras viaja con estilo por el río más largo del continente.

 

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